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¿Cuándo optar por un crédito inmobiliario?

¿Cuándo optar por un crédito inmobiliario?

El crédito inmobiliario está destinado a financiar cualquier operación de compra o de reparación de bienes inmuebles.

Adquirir una vivienda en propiedad o llevar a cabo grandes obras de ampliación de edificaciones son proyectos de gran envergadura para los que se hace necesario disponer de fondos adicionales. El crédito inmobiliario es la solución ideal si deseas adquirir o remodelar una propiedad o bien inmueble.

Este tipo de crédito te evita tener que ahorrar durante años para poder invertir. Claro está, que para un préstamo de larga duración como el crédito inmobiliario es necesario aportar algunos recursos personales, pero siempre se puede obtener un financiamiento que corresponda a la totalidad de los gastos invertidos en la adquisición.

¿Cuáles son las características de un crédito inmobiliario?

Se trata de un préstamo otorgado por una entidad financiera especializada o por un banco. Este crédito abarca un largo período de tiempo, durante el cual debe reembolsarse por mensualidades un importe determinado y, generalmente, elevado. Si deseas comprar una propiedad y vender otro bien inmobiliario para financiar la nueva adquisición, puedes optar por lo que se conoce como crédito puente. Es decir, un préstamo que únicamente cubrirá el tiempo de espera entre la reventa de un bien u otra forma de ingresos, y la adquisición de tu nuevo activo inmobiliario.

En cuanto a la devolución, la tasa fija y la tasa revisable son las más corrientes. Esto permite abonar una mensualidad constante, y por lo tanto, más fácil de gestionar, durante todo el período de devolución. Además, el organismo financiero exige por lo general una garantía de préstamo y una aportación personal que puede ir del 10% al 13% del valor de la adquisición. Sin embargo, no excluye la suscripción de un seguro de vida invalidez, con miras a proteger mejor al prestatario y al prestamista en caso de imprevisto.

En lo que se refiere al modo de reembolso del crédito inmobiliario, pueden elegirse varias modalidades. Puedes optar por un préstamo amortizable. En ese caso, tus mensualidades serán regresivas o progresivas según lo establecido en el contrato. Si tienes más préstamos contratados al mismo tiempo que el crédito inmobiliario, es recomendable elegir un préstamo gradual. Este tipo de préstamo te permite reagrupar tus mensualidades y pagar una única suma constante. Además, existe lo que se conoce como préstamo flexible, que te permite adaptar tus plazos de reembolso, en base a las condiciones definidas en tu contrato. Por su parte, el préstamo in fine tiene la ventaja de que te permite economizar en base a tus impuestos. En resumidas cuentas, si eliges un préstamo regresivo o progresivo, tus mensualidades se reducirán o aumentarán en su medida, en base a lo especificado en el contrato.

De , El martes 5 febrero 2013

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